Carta al Alcalde de Medellín

Señor Daniel Quintero Calle

Alcalde de Medellín

Después de 15 meses de su gobierno, un amplio grupo de organizaciones sociales, instituciones, empresas y ciudadanía hemos decidido cuestionar públicamente sus acciones como gobernante. Usted fue elegido por voto popular gracias a sus actitudes de independencia y a sus promesas de transparencia. Pero hasta ahora, ha prevalecido una avalancha de denuncias ciudadanas alrededor de dudosas alianzas políticas y el mal manejo de los patrimonios institucionales y sociales más apreciados de nuestra ciudad. Usted ha impulsado un proceso de desinformación, con una narrativa de confrontación que no corresponde a la verdad y desorienta a la ciudadanía sobre los problemas reales de la gestión pública.

Medellín es una ciudad que ha vencido grandes obstáculos gracias al trabajo conjunto de gobiernos, organizaciones sociales, academia y empresa. Nuestra historia se apoya en esta capacidad de trabajo conjunto que hemos desarrollado durante décadas. Por eso, con un respeto absoluto por la democracia, el estado social de derecho y los derechos ciudadanos, algunos sectores incluso estuvieron dispuestos a acompañarlo en el inicio de su gobierno, aportando ideas, experiencias y conocimiento, con el propósito genuino de sumar al bien común.

Esta forma de avanzar en Medellín, con disposición a construir entre todos, ha sido la fortaleza con la que hemos afrontado los momentos más duros de nuestra historia. De ello, hemos logrado las bases sociales e institucionales que permitieron que EPM sea la segunda mayor empresa del país y un ejemplo de la gestión de lo público; las que dieron a luz a Ruta N y al Parque Explora como eje de una centralidad para la ciencia, la innovación y la tecnología; que hicieron del programa Buen Comienzo un modelo referente de atención a primera infancia; que permitieron que el Jardín Botánico y el Parque Arví sean nuestros pulmones verdes para el encuentro ciudadano; que ayudaron a que las fundaciones Hospital Universitario San Vicente de Paúl y Hospital Pablo Tobón Uribe sean ejemplo de salud humana y de alto nivel médico y científico; que consolidaron al Metro de Medellín y su sistema integrado de transporte como un modelo para el país; que ayudaron a que nuestras instituciones de educación superior sean destacadas por su excelencia académica y científica y tengan un sólido respaldo social y empresarial, como la Universidad de Antioquia y el ITM. Finalmente, es importante resaltar los procesos de participación ciudadana que permitieron escuchar las voces de las comunidades históricamente marginadas y construir con ellas la respuesta a los problemas de la ciudad. Ese enorme capital social es un orgullo para Medellín y requiere de una conversación sostenida y respetuosa entre todos los actores de los territorios. Y estos son apenas los más sonados ejemplos de una lista infinita de iniciativas y programas, de organizaciones e instituciones que están en riesgo debido a las acciones de su gobierno.

 

 

 

EPM merece capítulo aparte. EPM es patrimonio de Medellín, Antioquia y Colombia. Durante más de 70 años ha crecido en valor y reputación gracias al conocimiento y compromiso de sus empleados, a su capacidad técnica, a su gestión administrativa reconocida dentro y fuera del país, convirtiéndose en una institución pública ejemplar que cuenta con la confianza de la banca internacional, las empresas privadas de nuestro país y lo más importante: el respeto de la ciudadanía. Sin embargo, su autonomía frente a la Alcaldía de Medellín, sus normas de gobierno corporativo, y la seriedad en el proceder de sus administradores están, cada día más, en entredicho. No han sido pocos los episodios que, en su administración, han ensombrecido la gestión de EPM. La renuncia en pleno de la anterior Junta Directiva fue un campanazo que alertó a la ciudadanía, el bochornoso y nada claro episodio que dio pie a la salida del anterior gerente de la entidad, la injerencia de funcionarios de la Alcaldía en las decisiones de la empresa, en contravía del Gobierno Corporativo, y el irrespetuoso nombramiento de un nuevo gerente, plagado de dudas éticas y legales y falto de competencias idóneas.

Este tejido social, un delicado entramado que ahora usted amenaza con destruir, es el que ha permitido, además, la construcción de un valioso sector empresarial que, desde Medellín y Antioquia, genera empleo, riqueza colectiva e impulsa y promueve el desarrollo del país.
Mientras usted se refiere a “ustedes” y a “nosotros” con intenciones de polarizar, mientras habla públicamente de a “quién le pertenece la ciudad”, los firmantes le repetimos algo que le dijimos en las calles y en los encuentros en su campaña y durante sus primeros meses de gobierno: Medellín se construye trabajando juntos. Es de todos, de todas, es nuestra, de la ciudadanía, de quienes la construimos cada día con nuestro trabajo y sentido de pertenencia.

Reconociendo lo avanzado como ciudad y dispuestos a seguir a trabajando por superar nuestros retos sociales, quienes firmamos esta comunicación renovamos nuestro compromiso y responsabilidad de cuidar a Medellín por encima de intereses particulares y políticos. Igualmente, quisiéramos invitarlo a reflexionar, a recordar por qué y para qué lo eligió la ciudad, a respetar lo que existe y a construir sobre lo construido.

Puede ser que, al leernos, decida entrar en razón y asumir finalmente las responsabilidades que tiene un cargo tan importante para nuestra ciudad. Si no es así, seguiremos preparados para rechazar la arbitrariedad y la injusticia, para oponernos a la irresponsabilidad y a la mala administración, atentos a denunciar cada irregularidad y cada delito, con la esperanza de que usted cambie, algo cambie, o los ciudadanos, finalmente lo cambiemos. ¡Esa es la democracia!



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