Las movilizaciones de los estudiantes tienen toda la justificación

Las movilizaciones de los estudiantes tienen todo el sentido y todo el fundamento del mundo. Lo que no se justifica son los actos vandálicos, que son aislados. La cuestión es que la educación lleva desde 1994 con un régimen de financiación cuya estructura misma hace que se desfinancie. El aporte del Estado crece al ritmo de la inflación, mientras la afluencia de estudiantes crece a un índice muy superior.

La crisis actual es muy profunda, de lo que da cuenta un déficit de $3,2 billones para funcionamiento y de entre 15 y 18 billones para infraestructura. Y solo para este año, está desfinanciada en $480 mil millones, para que puedan terminar el año (salarios, prestaciones, servicios públicos, etc).

El Gobierno se ha comprometido en que va a hacer aportes según el IPC más 4 puntos, y eso ya es un avance, pero hay otros temas urgentes que justifican la movilización.

Hay que recordar que en 2013, durante el Gobierno de Santos, también hubo una movilización muy fuerte. Hubo un acuerdo que el Gobierno incumplió. Hay que eliminar el mito de que las movilizaciones son decisiones de un dirigente. No. Aún hay que movilizarse contra el sistema económico. Hay detonantes para que la gente se movilice. Decir que hay intereses políticos es estigmatizarla.



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