- 18 marzo, 2019
- Posted by: Yamid Lopez
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Las sociedades son organismos vivos que se pueden estudiar desde la política, y los problemas sociales son síntomas de una enfermedad profunda. Es la premisa de Víctor Correa, un médico de la Universidad de Antioquia que busca sanar los males de Medellín siendo Alcalde.
Intervenir en las causas más profundas, salir de los quirófanos a recorrer las calles, cambiar la bata blanca por un sombrero del mismo color que le recuerda su infancia campesina en Concordia, al suroeste de Antioquia.
Proveniente de una familia grande, conformada por seis hermanos, desde muy joven, y sin saberlo ni ponerle un nombre, se inclinó por las ideas de izquierda: que la salud no sea un negocio sino un derecho, priorizar las exportaciones por encima de las importaciones, producir lo que necesitamos y luchar para que la educación sea financiada por el Estado para generar progreso.
Cuenta que desde que tiene memoria ha querido ayudar a la gente. Fue bombero voluntario y miembro de la Cruz Roja, “me llamaban el abogado de los pobres, porque siempre quería meter la mano para evitar injusticias”, comenta.
Nunca pensó en ser político. Siendo un niño de las montañas de Antioquia, sin conocer el mar, soñaba con ser biólogo marino. Después, aterrizando un poco sus ideas, comenzó a estudiar Ingeniería Química, sin estar muy convencido.
Con su familia aún en su pueblo, Víctor se trasladó a Medellín y se la pasaba de casa en casa donde sus tías y familiares que lo acogían, hasta que decidió ser voluntario de la Defensa Civil Colombiana, que le permitió alojarse en una de las bases. Esta época de su vida, en la que atendió incendios y tripuló ambulancias fue decisiva para su futuro.
“Me enfrenté a la pobreza y la vulnerabilidad de mi territorio; conocí de frente las injusticias del país motivadas por realidades estructurales políticas y me cuestioné acerca de lo que estaba estudiando y cómo podía servir más a la sociedad”.
Fue en ese momento cuando se presentó a Medicina en la UdeA, sin saber que terminaría la carrera siendo congresista de la República.
Médico de la sociedad
Desde los primeros semestres combinó las arduas jornadas de estudio con ejercicios de organización social y movilización. Fue vocero nacional del Movimiento Dignidad Cafetera, integrante de la Mesa Nacional de Dignidad Agropecuaria, miembro de la Mesa Nacional por el Derecho a la Salud y de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil.
Durante las cirugías defendía ante otros médicos los principios sociales y salía de la rotación a continuar su labor política en la Cámara de Representantes.
“No había dimensionado que la política fuera un escenario tan importante para servir y aportar a que la gente viva mejor en una sociedad más justa”, comenta Víctor, quien comprendió que la medicina no solo es una vocación clínica sino también social.
Consciente de que Medellín es una de las ciudades más inequitativas del país, Víctor Correa manifiesta que la forma en la que se ha gobernado la ciudad en los últimos años no ha contribuido a solucionar los problemas, porque se han atacado los síntomas, sin curar la enfermedad.
“Si uno está aplicando un tratamiento y no funciona hay que cambiarlo. Por ejemplo, tenemos niños que mueren por deshidratación aguda, si no se tiene un acueducto no se va a solucionar nada, lo vas a tener cada semana enfermo en el consultorio”, dijo, insistiendo en que la política es la medicina de la sociedad.
Considera que los temas de seguridad también deben tratarse desde las cusas y no desde los efectos. Según él, “no se trata de perseguir y capturar delincuentes, porque siempre tendrán nuevos alias con la misma fuerza; se trata de desarticular las empresas criminales”.
Explica que la criminalidad existe porque es un negocio y que se trata de afectar los lugares de distribución, intervenir, embargar, perseguir los comercios ilegales y desarticular las estructuras para aumentar los costos de las transacciones, desincentivar las empresas criminales y hacer que el crimen deje de ser un buen negocio.
Para Víctor, los criminales se van por ese camino “porque la gente tiene que comer y la oferta institucional no es buena, y entonces, el narcotráfico resulta más atractivo que sembrar alimentos”.
¿Qué mantendría de la alcaldía actual?
Del gobierno de Federico Gutiérrez, propone continuar con los avances en el sistema de transporte masivo y las políticas ambientales, dando prioridad al Tranvía de la 80, a desincentivar el uso del vehículo particular y a los esfuerzos de peatonalización del Centro, respetando los derechos y la dignidad de los vendedores informales.
Afirma que mantendría también los esfuerzos en temas de salud, como la atención primaria en las comunas, pero aumentaría el presupuesto de lo social y trabajaría para detener el deterioro de la red pública hospitalaria.
Con padre y hermanos de derecha, Víctor piensa que la izquierda está en un muy buen momento en el país, porque “muchos han logrado derribar el paradigma de que izquierda es el terror o el castrochavismo, y se han comenzado a sentir identificados con los ideales sociales que representa”.
En este momento, Víctor defiende una alianza entre los “sectores alternativos a los que nos han gobernado” y le apuesta a una consulta interpartidista entre quienes buscan el cambio.
Planea seguir ejerciendo la medicina social y aspira hacerlo desde la Alcaldía de Medellín, porque está convencido de que la política, basada en el servicio, la entrega y el amor, es capaz de transformar las condiciones de vida y defender la dignidad.